Moxitania
Por Pedro Shimose
A César Chávez Taborga
India vegetal tallada en esmeralda,
Cuando la noche sacudió sus alas y las estrellas cayeron en
tus cuencas,
en tus ojos se miraron la selva andes de ser selva,
la pradera antes de ser pradera
y el río cuando no era más que una gota suspendida en el
aire.
Antes de la luz y después de los crepúsculos,
Jaguares afilaban su rugido en las cachuelas;
antes del fruto y después de la semilla,
despertaba
la flor junto al lago dormido;
antes del silencio y después del silencio,
la
garza corregía su vuelo melancólico;
antes de conocerte
yo te amaba con mi corazón hecho de luna.
Pero Dios te hizo leyenda para que el hombre te soñara
y el hombre te soñó desnuda de aguaceros,
olorosa
a molienda y madrugada, amanecida
con el
pelo suelto en el incendio de los pajonales.
Ahora que estoy lejos del instante en que te conocí,
lejos del fuego que ignoraba el metal
y lejos del metal que ignoraba la flecha de chonta y la
canoa,
recuerdo tu rostro de otro tiempo,
antes de la almendra como almendra
y después del ambaibo como ambaibo.
Hija del viento que deja su apellido en cada rosa,
pese a que el tiempo te redujo a escritura,
pese a que la orquídea te cambió por otra ciudad sin flores
y sin pájaros,
pese a que el árbol se murió de pura tristeza,
pese a todo,
¡cómo te sigue amando mi corazón lleno de cielo!
(Triludio
en el exilio)
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