Eduardo Kunstek Montaño


Oruro 1952 – Santa Cruz 2022. Ha publicado “El recurso del fuego” (1989), “Vindicación de la cigarra” (1990), “Cántaro y luna” (1992), Fragmentos de la órbita final (2018).”

“Su yo está, por el contrario, convulsa y pasionalmente atrapado por una red infinita de imágenes que surgen de su contemplación y, sobre todo, de su personal simbiosis con el mundo y la naturaleza. Signos exteriores procesados luego por una mente sesgadamente surrealista que mantiene, sin embargo, el hilo o los hilos de una coherencia reflexiva y cultural.” (Antonio Terán)

La antología contiene una selección de poemas escritos en la cuarentena de mayo a julio de 2020 del libro inédito “Fragmentos de claustro ilustrados”, donde incorpora a la imagen relacionada a la tradición del Haiga en la versificación del Haiku, como un intento de convivir complementariamente con su plasticidad: 

Haikus:    

  • ·         Huésped
  • ·         La memoria
  • ·         Retoño
  • ·         Heráclito

Poemas

  • ·         Retorno
  • ·         El signo y la mudez
  • ·         Invitación al bosque
  • ·         Invierno
  • ·         Senda con sombras
  • ·         Café solo
  • ·         Envés de la celosía


Haikus

 

Huésped

 

Rapto helado

un glacial invitado

sueña verde.

 

 

La memoria

 

Con la soledad

el encanto ausente

se configura.

 

 

Retoño

 

Ciega acecha

entre páginas la flor

en verso vuelta

 

 

Heráclito

 

Dicen las aguas

en obstinado cauce

su tenaz adiós

 

 

            **********

 

Poemas

 

 

Retorno

 

Si volvieran a fluir los secretos

sin que a nadie le interese

como dados cargados sobre esta mesa.

Otra vez expuesto el cuerpo sin temor

eligiendo entre senderos o malecones

un puerto de retorno, si midiera los pasos,

preguntando dónde podría arrullarme

adormilado con mis brisas íntimas

sin nadie entre las sombras, todos atrás

mucho más distantes que el recuerdo

de una mañana entre las huertas

ahora ahogadas en cemento y polución.

Es posible por cierto fugar tras un abrazo

vuelto desde lo recóndito de un sueño

de visita recurrente en esta soledad.

 

 

 

El signo y la mudez

 

I

 

Piedra Inmóvil como signo

bajo el escollo erigida

la luz un recuerdo

 

II

 

La agonía en olvido lleva

hacia un azul de océano

– al fin del mundo –

la nada desleída con la memoria.

 

 

Invitación al bosque

 

Lenta la hierba bajo el sendero

recobra a su bosque inescrutable

ausentes como olvidos los pasos

no huellan más destinos.

La naturaleza vuelta en imagen

cientos de tomos, herbolaria

cámaras ocultas, naturistas

ninguno resuelve el acertijo,

la hierba se oculta a los sentidos,

conjunciones en los lindes,

Se hace lenta la pregunta en la memoria.

 

 

 

Invierno

 

En fuga inmanente

la arena en el cuello del reloj

vuelve en médano recluso

desde la punta de la lengua

rondan las aguas de los ojos

las luces se enmarañan

bajo las desnudas ramas

acontecen el tiempo y los elementos

sola la brava espuma sobre las olas

se extravía con furia predecible

tras el cristal calmo el tiempo

se juega en cada grano

exigua luz y fría lentitud.

 

 

 

Senda con sombras

 

Cuando la luna deja caer su luz

sobre la soledad de algún sendero,

llena la senda de sueños robados.

Junto a los pasos marca un capricho

para el caminante y para la arboleda;

así la travesía es una metamorfosis

generosa abrazando a su luz

en cuyo espejo relata a los fantasmas

ocultos entre las vigilias.

Esos atormentados en los sueños,

ahora sosegados entre las sombras

caminando junto a ti hasta el fin

te acompañan también las estrellas

 

 

 

 

 

Café solo

 

La espuma del café, en soledad

donde sobran las sillas

y la mesa no es redonda,

solo es un horizonte donde

a lontananza vagan imprecisos

los recuerdos Incluyendo las más remotos.

El aroma invade la memoria,

y solo duelen los olvidos;

como si los olvidados

en revancha última reclamaran

desde su vacío, desde el poso

de la taza que ya no reconoce a su lector

pues perdió hace mucho su futuro,

Pues sus fantasmas cansados

de rondar alrededor de la mesa vacía

tras una taza que los avive en la memoria

ya perdieron sus nombres

y hace mucho en alguna rinconada

dejaron olvidadas sus máscaras.

 

 

 

 

Envés de la celosía

 

La ausencia agota a los sucesos

el polvo se asienta sobre la celosía

a veces un aroma a tierra mojada,

una bandada de guacamayos

redoblando gritos pulsados,

para vulnerar codiciosos a la celosía

no saben que los días acontecen a espaldas

inclinados al mármol, las letras

de lapislázuli, sobre manceba sepia

recoletos intentos de copiar al mundo

a presagios de incienso redimido

soñado el primer aguacero de primavera

para abrir las hojas de la celosía

brisa libre de polvo y de consignas

museos y sarcófagos en ruinas

ocultas bajo salvajes florescencias

primordiales y sin memoria.

En cada gota germinan las mejillas

de su perdido rostro tras la bruma

del bosque de yungas agitando

la memoria en las cansinas horas

de la caligrafía en trazó de su recuerdo.

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https://www.behance.net/gallery/103320261/Eduardo-Kunstek-Montano

 

 



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