Púlete ©
Jorge Suárez
Púlete cielo mío, tierra
libérate de restos y rastrojos
que volverán mis alas a tu cúpula
mi arado a la sustancia de tu llaga.
Púlete cielo mío en la tormenta,
haz una hoguera roja del crepúsculo
y devórame todos los cadáveres
que están ardiendo en mi canción frustrada.
Tierra de sal dispersa, tierra mía,
trágate el ogro de la superficie;
bébete surco, si en amor me quieres
la población de cruces de la sangre
Viento mal agorero, viento mío,
vete a las soledades de la roca
y ráspate los agrios instrumentos
adelgaza tu voz hasta el violín;
Pero no vengas más a mis aleros;
de mi esqueleto un callejón, no seas,
viento que desde el hueco de mis huesos
cría su olor, su modo miserable.
Porque presiento que vendrá mañana,
después del sueño roto y la tormenta,
que brotara de nuevo, ya no herido,
ya no mordido por mi propia boca;
Y para entonces debe estar el cielo
pulido por un ala de agonía,
y para entonces debe estar la tierra
lavada por el agua de mi llanto*************************
Publicación autorizada por su hija Mirella Suárez, propietaria de los Derechos de Autor
Fotografías proporcionadas por Mirella Suárez.

Elegía ©
Jorge Suárez
Yo creo
en Dios. La luz de tu mirada
me habla
en el corazón, secretamente,
de la
existencia de una ignota fuente
de la que
fluye toda madrugada.
Antes que
tú llegaras, no hubo nada
sino el
vacío. Dios, el Gran Ausente,
entró en
mi soledad impenitente
solo
porque tú entraste en mi morada.
Y no
saber ahora si el contraste
de tener
esta fe que tú me diste
resolverá
la duda en que me hallaste.
Si Dios
existe es porque tú llegaste…
Mas si te
vas de mi existencia triste,
ni Dios
hubo jamás ni tú exististe.
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Poema extraído de "Jorge Suárez Obra Reunida"
Biblioteta del Bicentenario de Bolivia
1ra Edición, 2017
La Paz, Bolivia
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