CUITAS DEL ENCIERRO
por engendro vitando mudecida
la sonrisa de niños y de ancianos
devorada quizá por el designio
siniestro de lo breve
ausente el pensamiento y ominoso el silencio
ha vuelto el desencanto
del alma con el mundo
ebullen gusaneras en el aire iracundo
se han perdido los rostros y enlutado los labios
ya no es pura esa sábana blanca
que cubre el horizonte
danza la palidez con sonsonete
las miradas husmean el vacío
desde ventanas ciegas
esperan a godot y godot no aparece
el falaz pregonero de sutiles pucheros
no aparece
han mentido en su nombre
afuera el pulso húmedo del río
late apenas con ritmo sincopado
y el ubérrimo refugio
es hoy el valle de las sombras
valle sombrío desamparo
en que cabalgan rabiosos los cuchillos
la codicia y la infamia
hinchan en la intemperie sus bolsillos
las miserables almas que lucran con la muerte
Melpómene en socapa de políticos burdos
y el látigo quizá de madre tierra
sobre sus asesinos
y mientras se apilan los cadáveres
sin posible sepulcro
ni se vislumbra el fuego
que haga polvo sus huesos
porque no cabe esta ballena
en nuestra pobre lata de sardinas
( se me perdone el hurto de la frase )
quién podrá predecir el color del planeta
el día de mañana
y en qué lengua la vida pintará sus paisajes
si extintos los parásitos humanos
sólo habrán poblaciones inocentes y los cuatro
elementos
renaceremos acaso cenicientos
con alma limpia y remozada
o aquí termina la saga secular de los depredadores
vocabulario tartamudo
preguntas para el tiempo
Y
NO SE TRATA DE RECORDAR
poco antes de la pérdida del
mundo
clausurados los párpados
está la ensoñación que convoca fantasmas
hechos seres paisajes que acuden como un vértigo
y se pierden meteoros tras la niebla
caleidoscopio nebuloso así una
vida
es como si jamás hubiera sido
pero en otra experiencia todo fue
y sigue siendo
incontables presencias
no vienen del recuerdo y simplemente están
soy aquel adolescente que
recibe
como en trance
el primer beso de mujer
y mira en el espejo al anciano que ahora soy
conmigo se contempla medio siglo después
estoy delante de mi padre
asistiendo a su muerte
mientras él a mi lado me cuenta su aventura
de la guerra del chaco
y se mira morir sobre el camastro
voy caminando del brazo con mi
amigo
aquel camino pedregoso de una lejana tarde
y levanto los pies sentado en mi escritorio
porque la guijarrada duele y agrede
vivas escenas incontables en el
curso de los días
estatuas puntos fijos de vida y sin embargo
abrazo simultáneo en la pura presencia
como si nada hubiera muerto
senderos a lo borges
y no sólo pensados en el tiempo
liberados del tiempo en un espacio
digno de llamarse eternidad
en fin hermoso sueño solitario
y aquel otro tantálico del mundo y de la gente
es una triste historia que no cabe en el poema
LA SOMBRA DE UNA INCÓGNITA
I
solías escribir en tu cuaderno
pianísimo el
acorde
del brazo con la vida
la tormenta
lejana
del brazo con la muerte
sólo el eco
acompañado
no ya la soledad
y lo abisal enmudecía en ese abrazo seductor
sembradores que fueron de dúplices espejos
de mundos y
trasmundos
se ha roto la amistad de vida y muerte
acecha dicen esa bestia
detrás de cada
puerta
y puede ser mañana o al cabo de unas horas
para nosotros siempre fue mañana
la espera de
otro mundo
de otro
tiempo
en un galope ciego se anuncia el aquelarre
silenciosa
conjura
acíbares llovidos del invierno
se derraman
sus pétalos
la incesante tristeza se desnuda en la infamia
eso viene de afuera de la historia tantálica
y el peligroso
azar
adentro hay otra muerte es el desierto
en que yacen ahora palabras y poemas
la
infatigable llaga
y el
viento corrosivo
las palabras ya nada resucitan
había
dicho el poeta
tan sólo desentierran
y tú escribes con mano desconfiada
no puedo revivir verbalizando el mundo
tiembla el
labio
y tan sólo contemplo lo vivido
escribes me incinero
y esperas verte en la ceniza
pero no pasa nada
salvo la sensación de haber alucinado
y así tratas de ahuyentar con unos versos
verdades de patíbulo
y sólo la sombra de una incógnita
asoma a tu memoria
escribes perdiendo cada vez
sílaba tras sílaba
hasta que nadie entiende
esos borrones insonoros
y no sabes entonces dónde danza la ceguera
si en la calle o en tu alma
II
dicen las malas lenguas
que hagas lo que hagas
no te salva ni dios
entre nosotros al señor de la biblia
le importamos un bledo
pero yo te conozco
escarbarás con rabia el insomne aquelarre
agotarás el lodo de aquel café funéreo
la
febriciente herrumbre
agua y jabón
sobre los lirios tumefactos
y con esa luz convaleciente
volverás a las andadas
qué importa si son huesos
lo que desenterraste
si aún balbucen de amor y de misterio
hurgarás en sus lenguas más secretas
para que silabeen otra vez
y harás con esas voces el poema
que dejaste pendiente
ojalá sin
la maldita dualidad
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Biografía del autor
ochabamba
1932. En 2003 le fue otorgado el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal por
el poemario "Boca abajo y
murciélago" Publicaciones literarias: Puerto imposible (1963), Y negarse
a morir (1979), Bajo el ala del
sombrero (1989), Ahora que es entonces
(1993), De aquel umbral sediento
(1998), Obra Poética (poemas reunidos) (2013), “A Fugitivas sombras doy abrazos”
(2.019), “Variaciones en camisa de
fuerza” (2019 colección de sonetos).
“Poética de la fragmentación que corresponde a
la experiencia de la dispersión. Precisando: No la visión multifacética de la
realidad sino el contorno social y cósmico que se manifiesta como una presencia
caótica y agresiva.” (Eduardo Mitre).
“Terán
Cavero se aparta de toda desquiciada experimentación verbal y de los llamados
compromisos de la literatura que confluyen en su servidumbre a las ideologías.
Y es por eso que ha rechazado la estulta redundancia del folklorismo y la
bobalicona temporalidad de la poesía prescindible. “(Edgar Ávila Echazú).
“Es un tiempo tensado, como un puente en el
aire, entre las dos orillas de la vida. Así, escribir se asemeja a un rito
íntimo, ajeno a la gravedad de las grandes e ilusorias certezas y próximo a la
serena celebración de un silencio elocuente.” (Rubén
Vargas)
Poesía signada por la
perplejidad y el vértigo al caos; donde la memoria es la recolectora de la
inexorable dispersión del tiempo. La línea de tierra y los puntos de fuga como
carga sensible fijan los despojos de una dialéctica herida entre el cielo y el
infierno. Como elementos arraigados en
su perspectiva y que transcurren a lo largo de su experiencia poética con
lucidez y en especial con traslúcida sinceridad. (Eduardo Kunstek)
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Material publicado con la autorización del autor
Fotografía del autor: Blog de Rossemarie Caballero
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