Cochabamba
1946. Sus libros “Los herederos del hambre” (1986), “Consumación del Silencio”
(2019). El año 1986 apareció su primer
libro, ¨Los herederos del hambre ¨, escrito en Suecia durante su exilio, obra
de tono y aliento revolucionarios. Se le conocieron, después, publicaciones
esporádicas en antologías y revistas literarias, poemas que, abandonando el
rabioso énfasis de las denuncias sociales, revelaban un amplio horizonte
existencial y profundizaban el imaginario poético, sin traicionar, empero, la
entrañable visión humanística de su autor.
¨Consumación
del silencio ¨ afina, sutiliza y multiplica esas experiencias humanísticas y
las vierte en un lenguaje notable por su economía verbal y la superposición de
imágenes sigilosas y simultáneas. Misterio y milagro de la poesía, los poemas
recuperan fragmentos no sólo de la infancia sino de la vida y las ternuras
extraviadas en el tiempo. Y lo hacen con el destello de un instante que parece
contener todos los demás instantes temporales y espaciales. No el mero acopio
de escombros del pasado. Su reflejo fugaz en el espejo de la memoria insomne.
Un silencio que por momentos se disuelve en la mudez de la muerte, pero que,
detrás o por encima de algunos signos, clama y resuena desde el fondo de la
pesadumbre. Como toda poesía, polisémica y en espera de su recreación por cada
uno de sus lectores.... (Antonio Terán cabero)
El
contenido de la selección de poemas está preparado por Cecilia Cossío Romero:
·
Plenitud
·
En vano
·
El ciego
·
Viernes
·
Vida
·
Paisaje
Plenitud
El mar lo
sabe
la luna
lo sabe
los peces
también
que en
las caracolas
aguarda
el aliento
de los
que alcanzaron
la
melancolía eterna del amor.
En vano
Pasan las
noches
y la luna
no encuentra
mis
desvelos.
Quién
sabe
la luna
de ahora no brilla
como
brillaba
la luna de entonces.
El
arrullo de palomas
ya no es
presagio del ocaso
sólo eco
de viejas
aventuras.
Ayer
sentí
que sólo
tras mi hombro existo
y el
trino de aquel gorrión
me busca
en vano.
El ciego
Cada
mañana
se
levanta
con sus
cotidianos temores
que solo
conocen él
y su memoria
Trémula
la mano
atraviesa
la oscuridad
palpa la
nada
donde se
iluminan las cosas
Caminante
desconfiado
conoce
de la fragancia
y los olores
de la
caricia del sol
-ternura que no comparte-
Solo
dormido
se
iluminan sus noches
Ese
sobresalto
–parecido
a la vigilia-
lo
incorpora
porque
teme tropezar
dentro del sueño
Viernes
Así
empezó mi penar
viernes tras viernes
esperándote
con la
k’oa encendida
el vaso
de pisco tibio y alegre
mi mejor
sonrisa
mi
corpiño con fragancia a cedrón
Así
empezó mi penar
cada
viernes me vestía de flores
-una rosa entre los muslos
y juncos en mis manos -
Hasta que
llegó aquel viernes
olvidé
encender la k’oa
servir el pisco
perfumar
mi corpiño de cedrón
En este laberinto
que es la soledad
ese viernes
Tú serás mi única salida
Vida
Aquí
supe
enfrentar
la
incertidumbre que es la vida
dar
respuestas al olvido
desde el
fondo
de todos
mis infiernos
De este
cerro aprendí
la
historia hacendosa
del
silencio
como
aquella vieja
amistad
entre pájaros
y niños
Aquí
vivimos
la aventura
de ser
felices
reponiendo
nuestras dudas
mirándonos
por dentro
exhalando
las angustias
como
bueyes en la yunta
Paisaje
Hace
tanto el viento ha cesado
el agua –sólo ella-
como
vuelo de gaviotas
vive en las arenas
En la
memoria
un verso
que
celebra la belleza de los ríos
Las
palomas
-sólo ellas -
saben de
su destino
con leve vuelo
cruzan las invisibles cosas
Más allá
-ajenas a
todo-
dos
colinas como guardianes
del
asombro y del silencio
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https://www.behance.net/gallery/103320629/Ivan-Decker-Molina/modules/594230565
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